Se cuenta que una vez un hombre muy rico fue a pedirle un
consejo a
un
rabino.
El rabino lo tomó de la mano, lo acercó a la ventana y le dijo:
- mira.
El rico miró por la ventana a la calle.
El rabino le preguntó:
- ¿qué ves?.
El hombre le respondió:
- veo gente.
El rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo
y le
dijo:
- ¿qué ves ahora?.
El rico le respondió:
-"Ahora me veo yo".
- "¿Entiendes?, dijo el rabino, en la ventana hay vidrio y en el
espejo
hay vidrio. Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata. Y
cuando hay
un poco de plata uno deja de ver gente y comienza a verse solo a sí
mismo".
martes, 25 de septiembre de 2007
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3 comentarios:
me llegó la moraleja, me llegó!!!!
muy buena historia y muy buena enseñanza!
wuaho!
Que hermoso, lo compartire con algunas amistades.
Tienes razon.
Muy bella historia, me gustó mucho :)
Saludos!
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