sábado, 30 de diciembre de 2006

iCuán hermosas son las gemas de mi país!

Está Larimar
que con un canto sublime lograría tocar el más duro corazón
con su manto azulado cubrir los cielos
y en su parte más blanca
reflejar lo más puro de mis sentimientos.

Rubí, que siendo del color de la pasión
me invita a la búsqueda del amor mediante su creación
por la sensual atracción de la inercia de sus ojos
logra meter a los más honorables hombres
en apuros que solo su cabeza podría pagar el precio
los levanta del invierno, y al oído les habla de placer
ellos van a la luna y ella más se ancla en la tierra
pero en el momento en que ellos tratan de afincarse a la realidad
mueren asfixiados.

Pero hay una,
una gema preciosa,
que es del color de la esperanza
que me invita a la fiesta fuera del pueblo ignorante
que me anima y me aconseja
y mi criptonita es no tenerla
es sublime, y sin ella mis Díaz serían simplemente diferentes
aunque creo firmemente que no para bien.

Sus palabras son sencillas, pero conmueven
es una gema en todo el sentido de la palabra
es una piedra preciosa que tengo guardada en una cajita inquieta que solo tengo yo
que golpea, golpea, golpea, y golpea
y que por todo este tiempo, no dejará de golpear
cuando la vea.



Lugosky,
Nueva York, Sábado 30 de Diciembre, 2007