domingo, 23 de marzo de 2008

Ángel de vastas maldiciones

Ángel negro
no me abraces que tus brazos tienen espinas
y tus garras tienen un veneno maléfico.

Aléjate de mi
no quiero pertenecer a tu calaña
aléjate mientras yo tenga tiempo.

Ángel de mal logradas e hirientes metáforas
no quiero ser tu próxima víctima
prefiero a cualquier otro por victimario
que ser contado entre tus vastas filas de infelices.

No quiero verte, así que cierra los ojos ángel
y no me dejes sentir el puñal de tu boca
cierra tus palabras y tu mente
y aléjate, es mejor para todos.

No quiero ser el culpable de tu desgracia
aún cuando tu has sido culpable de las mías
¿te acuerdas de mis pesadillas?

Ángel de vudú
no quiero recordar aunque tú me estés forzando.

Mi cola se recoge cuando bajo mi frente
en señal de buen arrepentimiento,
pero la tuya ángel de la oscuridad
necesitaría millones de jirafas para recogerla.

Porque tus desgracias son más desgracias
y tus dolores son más dolores
y tus debilidades también son extremas
pero siempre hay algo que está en su punto: el puñal de tu boca.

No quiero que te desgracies por mi
pero es muy difícil callar aquellas voces
que decían que venían por mí
fui fuerte a los cinco años
pero no lo suficiente y me ganaste
pero ahora ángel
donde tus maldades se revierten
o donde ya no tengo cinco años
donde el vudú es ineficaz contra mi
qué más puedes hacer sino callarte.

Tranquila tú ángel vudú
estarás bien, pero solo en el infierno
¿por qué lloras ángel?
¿Por mis años de sufrimiento incalculado?
O porque, ¿ya te diste cuenta que tu forma de ángel no te iba a ocultar para siempre?

Y al vudú solo le quedará un
puente fuerte, el reflejo de tus vacaciones.

Ángel maldito
ya no hay más conjuros que conjurar
ya no hay más pócimas que utilizar
el reflejo de tu verdad es claro
eres una maldición.

Tu areíto es ineficaz
y tus potencias se vuelven impotentes
ya no tienes salida
no importa que tus divisiones se multipliquen
tu ocultismo ya fue mostrado.

Lugosky,
Nueva York, Viernes 21 de Marzo, 2008.